-La Opción de Orión .
Es como si estuviera frente a un vació gigante. Todo es silencio. Pero al contrario de la creencia popular, todo es blanco, no negro. No existe nada mas que tu recuerdo, y el inmenso vació. Ya no hay vida porque no existe un propósito, como no hay propósito, ya que no existe lo que normalmente se cree que es vida. ¿Como diablos llegue aquí? ¿acaso alguien me ha tragado sin piedad? Corro al sur, corro al norte, al este y oeste. No hay salida. No hay comida. No hay fuerzas. Atrapados. Estamos destinados a morir aquí lentamente, tu recuerdo y yo. Cruelmente. No hay forma de salir, de ser libre de una vez por todas, a menos que...
-Y ese repentino pozo?
Dos opciones. Para alguna gente parecería sumamente difícil decidir algo así. Nos aventuramos al pozo, damos todo por creer y tener fé, ciegamente, sin imaginarnos que es lo que se nos avecina. Probablemente, desaparecer completamente borrando desde nuestro cuerpo y nuestra mente, pasando por toda nuestra alma. No tener memoria de lo llamado vida, fundiéndonos, pasando a formar parte del negro. Siendo finalmente reducidos a polvo en el fondo del susodicho pozo. El todo mismo.
O... nos tragará, la nada misma, el vació blanco. Con el tiempo, querrá cegarnos, comenzara a confundir y quitar todos nuestros sentidos lentamente. borrando toda posibilidad de ganar por uno mismo. Nos mezclaremos con el. Nos tentara hasta que seamos su amigo, su amante, flotando por los impedimientos de Orión, en una vida cíclica sin sentido. Hasta casi llegar a ser uno, el y nosotros. El blanco nos invadirá horas, dias, semanas, y seguiremos firmes de pie. Nos consumirá, preguntándonos el sentido de nuestros corazones, sus direcciones, y su punto sin retorno. La frialdad, y el desentendimiento. Cuando no queden esperanzas, se presentara esa oportunidad, algún día, en algún momento de la vida, cuando casi nuestros recuerdos esten extintos por su culpa... desaparecera. Uniendo pequeñas fuerzas restantes, con ambas derechas aún útiles, tomados de la mano para permitirnos sostener en pie, con ambos corazones sintonizados. Morira. Saldremos victoriosos, juntos...
Trágico, sin embargo no existe la duda.
Victorioso con la frente en alto, seguire admirando la belleza de mis pensamientos, nadando a través de tu divino cuerpo, hipnotizado por su aroma. Admirando esos hermosos ojos, acariciando ese bello rostro, deslizándome por ese precioso y perfecto cuello tuyo. Aquel cabello que cae como la brisa de verano, como la suave y agradable llovizna. Dicha sonrisa que permite contemplar las estrellas, los mas sobresalientes y sabrosos labios, de miel. Y tu juguetona -como a la vez tierna- actitud.
Ya que aún conservaré tus recuerdos.

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